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1 de marzo de 2007

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en Español:

"Bajo el Libro del Evangelio"
Misas en Español en la Diócesis de Madison (de la edicion web del 10/12/2006)

Cuaresma:
Derrotar al demonio a través de la humildad

Ilustración del Libro del Evangelio abierto por encima de la cabeza del Obispo

Bajo el Libro
del Evangelio


+ Obispo Robert
C Morlino

(in English)

Queridos amigos,

El evangelio del domingo pasado al inicio de la cuaresma nos presentó para nuestra reflexión con la derrota temporal de Satanás por Jesús. Siempre me ha interesado, y le ha interesado a la Iglesia, que Satanás tendría el orgullo de pensar que él pudiera atrapar al Hijo de Dios a que fuera víctima de tentación.

Por supuesto la esencia de Satanás, demonio puro, es desde un punto de vista, orgullo. Fue orgullo que causó el pecado de Adán y Eva en el principio, para que todos nosotros, que hemos afirmado sus pecados con nuestros pecados personales, necesitemos ser redimidos. En la oración oficial de la Iglesia durante la Semana Santa hablamos de eventos desde el Jueves Santo hasta el domingo de Pascua como la "hora cuando Jesucristo triunfó sobre el orgullo de Satanás, para que así podamos celebrar los eventos de nuestra redención." Así como Nuestra Santa Madre y Juan el Bautista son figuras mayores durante la estación de adviento, así también durante la estación de cuaresma las figuras mayores son Nuestra Santa Madre; Pedro, que vino a ser la cabeza visible de la Iglesia; Juan el discípulo amado; Satanás, el padre de las mentiras, la esencia del orgullo; y, por último, Judas.

La cuaresma entonces es un tiempo cuando transitamos de una derrota temporal de Satanás tentando a Jesús en el desierto y luego esperando por la próxima oportunidad, hacia la derrota final de Satanás a través de eventos maravillosos del Jueves santo, Viernes santo y la Pascua. Aprendemos al principio de la cuaresma, que el problema es el orgullo, el orgullo de Satanás, nuestro orgullo y que la solución es una derrota final del orgullo de Satanás a través de la muerte y resurrección de Jesús.

Lo opuesto del orgullo es la humildad, y así nuestras vidas reflejan la derrota final del orgullo de Satanás en Jesucristo, entonces nuestras vidas son las vidas de humildad.

Satisfacer responsabilidades

Nuestra Iglesia tiene tres responsabilidades, como el Cuerpo de Cristo, llamado a satisfacer: el ministerio de la Palabra, que es la verdad de Jesús enseñado por la Iglesia, el ministerio de alabanza y el ministerio de caridad. Todas éstas responsabilidades son expresivas y formativas de la humildad.

La verdad de Cristo es recibida de Cristo a través de la enseñanza de Pedro y los Apóstoles, que a través del Papa, nuestro Santo Padre y los obispos con él. Algunas veces cuando hablamos aquí en la Diócesis de Madison, enseñando que hay una verdad única y reclamando que pueda ser puesta en palabras, me llaman arrogante, y así son ustedes cuando hablamos similarmente. Y así, somos opuestos de la arrogancia cuando hablamos de la verdad de Cristo, así somos humildes. Admitimos que no somos fuentes de verdad, y humildemente sometemos a la mente de Cristo al escoger la enseñanza de la verdad a través del Santo Padre y los obispos con él, aunque no lo merezcamos. Cuando hablamos de la verdad de Cristo, como lo enseña la Iglesia, esto es claro un acto de humildad profunda, y cuando protestamos algunas veces estamos humillados por lo que hemos dicho, y esa humillación construye nuestra humildad, y así nos regocijamos en eso.

Nuestra responsabilidad de alabar a Dios, celebrar la Eucaristía, conmemorar la Última Cena, es desde el principio hasta el final un acto de profunda humildad. La muerte y resurrección de Jesucristo están presentes en la Eucaristía, donde reconocemos que no somos nada y que Cristo es todo, porque cuando cantamos en la bella proclamación de la Pascua "¿lo bueno que sería la vida para nosotros, pecadores que somos, si Cristo no hubiera venido como nuestro Redentor? Si Cristo no hubiera triunfado sobre el orgullo de Satanás, el abismo entre Dios y la humanidad nunca podría ser cerrado.

Además es un acto profundo de humildad el aceptar la alabanza de la Eucaristía que nos viene a través de los apóstoles, que es de la Iglesia. Es un acto de humildad el realizar que la celebración de la Eucaristía nunca es un forum de la creatividad de cualquier individuo localmente, o de ninguna comunidad local. La liturgia es tal que debe de ser merecedora de la participación de los ángeles y santos en el cielo, las almas del purgatorio y los discípulos de Jesús en la tierra, y ninguna comunidad local es capaz de inventar tal forma de alabanza litúrgica. Estamos llamados humildemente y reverentemente a ofrecer la liturgia de la Iglesia, cuando nos llega de la autoridad apostólica, sin, como lo he dicho anteriormente, servir algún cóctel innovador litúrgico. Conquistamos el orgullo y mostramos nuestra humildad al llevar a cabo reverentemente los ritos litúrgicos como son prescritos por nuestras enseñanzas de la Iglesia.

La tercera responsabilidad del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, es el ministerio de la caridad. Vivimos en un mundo lleno de violencia con la ausencia de misericordia, especialmente en forma de terrorismo. Entiendo que recientemente ha habido una alza en la cantidad de violencia llevada a cabo por los adolescentes en nuestras ciudades de América en contra de los indigentes. Hay una clara escala de terrorismo por parte de nuestra propia gente joven, el cual es totalmente alarmante. La hélice de violencia y terrorismo parece intensificarse. Es ciertamente un acto de orgullo el sentirse justificado al llevar a cabo ataques a personas humanas inocentes. El Papa Benedicto nos ha llamado a ver, en una forma unida, nuestra situación por la dignidad de vida del ser humano y nuestra situación por la paz y justicia en el mundo, porque nuestras preocupaciones por la vida y nuestras preocupaciones por la justicia están unidas como parte de nuestra responsabilidad por la caridad en el mundo. La caridad implica que las necesidades de la otra persona son más importantes que las nuestras propias, y eso también es un acto de humildad.

Poder de Resurrección de Cristo vivo

Al buscar la satisfacción de ésta responsabilidad de tres partes, el poder de la Resurrección de Jesucristo está vivo en la Iglesia. Fue la humildad de Cristo crucificado y resucitado de la muerte que conquistó el orgullo de Satanás en la Pascua. Y es la humildad del Cuerpo de Cristo la Iglesia, reflejado en la enseñanza de la verdad, en nuestras alabanzas, y en nuestras caridades, que continuará el poder del la Victoria de la Resurrección de Cristo trabajando en el mundo. Jesucristo ha conquistado el orgullo de Satanás por última vez. Con nuestra participación en Su Humildad, a través de la enseñanza, alabanza y caridad de la Iglesia, hagamos visibles la victoria de Cristo trabajando en el mundo. Jesucristo ha conquistado el orgullo de Satanás por última vez. Con nuestra participación en Su Humildad, a través de la enseñanza, alabanza y caridad de la Iglesia, hagamos visible la victoria de Cristo para todos nuestros hermanos y hermanas en la Diócesis de Madison durante esta estación de Cuaresma. Y en la Santa Fiesta de Pascua de Resurrección, permitamos que nuestro rechazo de Satanás, todos sus actos, y todas sus promesas vacías, sean autenticadas cuando renovamos nuestras promesas de bautizo.

Futuro de la Iglesia de la Catedral

Por último, en una nota diferente, al acercarnos a la Pascua de Resurrección y los días después de la Pascua, voy a tomar mi decisión acerca de la ubicación futura de nuestra Iglesia Catedral. Todavía estoy dispuesto a ser persuadido que la Catedral debería de estar ubicada en otro lugar que no sea el centro de la cuidad, pero muy honestamente, hasta el momento, no he sido persuadido. Voy a tomar mi decisión en mi propia mente alrededor de la Pascua y luego buscaré consultar confidencialmente con algunas personas cuya sabiduría sería beneficioso, antes de tomar mi decisión pública al principio del verano. Menciono esto porque quiero invitarlos a que escriban durante la Cuaresma al PO Box 44983 Madison WI 53744-4983 o envíen E Mail officeofbishop@straphael.org o si no comuníquense conmigo acerca del futuro de la catedral para que pueda tomarlo en cuenta durante estos últimos días de consideración. Quiero tener toda la información posible, y el tiempo para recibir esa información es corto, así por favor escriban. Les aseguro que sus reflexiones tendrán seria consideración durante estos días de Cuaresma.

Muchas gracias por leer este artículo. Que Dios los bendiga a todos con la gracia que crece en santidad durante este tiempo de cuaresma. ¡Bendito sea Jesucristo!


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