Nuestro regalo de Dios:
Todos invitados a aceptar la salvación

		Bajo el Libro del Evangelio + Obispo Robert C Morlino

Queridos amigos,

En los últimos días tuve el privilegio de estar presente y concelebrar en la consagración del Obispo Daniel Thomas como Obispo Auxiliar de Philadelphia. El Obispo Thomas y yo nos conocimos y llegamos a ser buenos amigos cuando vivimos y estudiamos juntos en Graduate House de Studies en Roma en la Universidad de Norte Americanos. Hemos permanecido en contacto desde entonces.

La ocasión de la consagración episcopal del Obispo Thomas fue un regalo particular de la providencia de Dios hacia mí, aunque no estuviera presente en mi tercer aniversario como Obispo de Madison. Siempre es una experiencia única de rezar a través del rito de la ordenación una vez más cuando Cristo llama a un hermano a compartir en Su Sumo Sacerdocio como sucesor de los Apóstoles.

Dios es glorificado por aquellos que Él ha escogido

La oración completa por la consagración de un obispo es magnífica y aunque pasen los años, todavía hay una frase que sobresalta: "desde la creación del mundo, Dios nuestro Padre, ha estado satisfecho al ser glorificado por aquellos que Él ha escogido". Esa oración en particular nunca termina de asombrarme porque, por ejemplo, el Rey David fue escogido por el Señor y aún así se comprometió en conductas que no glorificaron al Señor. Lo mismo se le aplica a San Agustín.

Lo mismo es cierto del Papa Alejandro VI, cuya mala conducta personal fue virtualmente un record. Y claro, todos nosotros, especialmente yo mismo, debemos admitir esos aspectos de nuestras vidas que no glorifican a Dios - verdaderamente todos somos pecadores. Y así la oración insiste, desde la creación del mundo Dios está satisfecho al ser glorificado por aquellos que Él ha escogido.

El Rey David se arrepintió y escribió el Libro de los Salmos con la inspiración del Espíritu Santo. San Agustín se arrepintió y llega a ser un gran discípulo, maestro, y obispo. El Papa Alejandro VI, cuando se enfrenta al reclamo de que la gente nativa de Sur América no eran considerados humanos, enseña definitivamente que todo ser humano tiene dignidad sin igual y debe de ser respetado como tal.

El plan salvador de Dios no puede ser frustrado

Dios no es glorificado por aquellos que ha Él escogido porque son perfectos, excepto por supuesto en el caso de al Virgen María, quien además es el ser humano perfecto. Dios se satisface al ser glorificado por aquellos el cual Él ha escogido precisamente porque ninguna maldad que ellos hagan o participen puede frustrar el plan de Dios de salvación, de guiar a aquellos que siguen a Cristo al camino del cielo. Este diseño de Dios por la salvación de la gente simplemente no puede frustrarse.

Esta verdad de ninguna manera justifica la mala conducta de nadie, y claro todos nosotros debemos de dar una cuenta ante la silla temerosa de juicio de Cristo porque el mal que hemos hecho y participado- no puede ser ignorado ante la silla temerosa de juicio. Pero Su plan misterioso que todos nosotros tenemos la libertad de aceptar el regalo de salvación, todos están invitados a llegar al banquete del cielo donde Dios es todo para todos los que han abierto su corazón a Él, ese plan cósmico no puede ser frustrado por el mal de nuestras vidas.

Todo mal humano palidece con se confronta con la Determinación Eterna del Padre, Hijo y el Espíritu Santo para traer el Reino de la Verdad y la Vida, de Santidad y Gracia, de Justicia, Amor y Paz. Ese Reino es el único destino posible de aquellos que aman al Señor.

Al ver todo lo negativo de nuestro mundo, y al verme a mí mismo en mis faltas y pecados que permanecen en necesidad de purificación después de tres años de estar con ustedes en Madison, ustedes son mi vida y los aprecio tanto, no puedo dejar de tomar gran valor del "gran cuadro" como si lo fuera.

Así les estoy profundamente agradecido a todos ustedes, por todo lo que son y han sido para mí durante estos tres años y estoy agradecido con el Obispo Thomas, un obispo santo y bueno, una vez más por haber sido la ocasión del regalo precioso del Señor a mí y por ser el regalo maravilloso del Señor del Dios de la Iglesia.

Muchas gracias por leer este artículo, que Dios los bendiga, espero que disfruten siempre una fe más profunda durante los días que quedan del verano. ¡Bendito sea Jesucristo!