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28 de octubre de 2004

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"Bajo el Libro del Evangelio"

Realidad del purgatorio: Meditando acerca de la muerte en el mes de las santas almas

Ilustración del Libro del Evangelio abierto por encima de la cabeza del Obispo
Bajo el Libro
del Evangelio

+ Obispo Robert
C Morlino

Queridos amigos,

El año de la Eucaristía ha empezado y sus actividades nos llevan al mes de noviembre, en nuestra tradición considerada como el "mes de las santas almas del purgatorio".

Es parte de la maravilla de la Eucaristía que nos encontramos unidos con todos los creyentes en la tierra con todos los santos y los ángeles en el cielo y claro con las almas en el purgatorio ofreciendo oraciones y el sacrificio perfecto de alabanza a través de Cristo al Padre en el Espíritu Santo. Y al recordar de una forma especial y cuando rezamos durante el mes de noviembre por nuestros seres queridos que han muerto, nunca debemos de olvidar que la participación en la Misa nos trae lo más cerca posible a ellos mientras vivamos en este mundo.

Meditando en la muerte

Al observar este mes de las santas almas, es natural meditar en la realidad de la muerte. De hecho he estado meditando en la muerte más que antes a causa de mi reciente circunstancias. Pero al mismo tiempo debo de decir que no he podido en realidad meditar en la muerte.


"Las escrituras nos dicen que es bueno y muy sagrado el rezar por los muertos, y por lo tanto algunos de los muertos deben de necesitar nuestras oraciones - ellos necesitan nuestras oraciones precisamente para trasladarse de la esperanza del purgatorio al cielo, el cumplimiento de esa esperanza."

Yo creo que el filosofo Wittgenstein estaba correcto cuando dijo que la muerte nos es un momento de la vida -nadie vive para experimentar muerte. La gente experimenta la muerte pero el final de la vida humana claramente no puede ser considerado un momento en la experiencia de la vida. Así cada vez que mi mente empezaba a pensar en la muerte, un par de cosas rápidamente me vinieron a la mente.

Primero que nada dice muy claramente en el Antiguo Testamento que Dios no hizo la muerte lo cual San Pablo escribió mucho después llamándolo los pagos del pecado. Dios es el autor de toda la vida. El no hizo la muerte. La muerte es aquella entrada cubierta completamente en misterio a través por la cual pasamos a ver la cara de Cristo, el Juez Misericordioso y Justo. Y cuando mi mente empezaba a meditar en la muerte, ya que la muerte permanece completamente fuera de la experiencia humana y es desconocida, mi mente cambió a meditar en la cara de Cristo, el Juez Misericordioso y Justo, un hecho que yo considero una gran gracia.

Si yo fuera a decir que estuve temeroso de la muerte, eso quiere decir que yo estoy temeroso de lo desconocido que es cierto, pero no es terriblemente provechoso. Pero el Temor del Señor es uno de los siete regalos del Espíritu Santo y es natural el experimentar ese regalo cuando pensamos que nos estamos muriendo, porque todos nosotros vamos a encontrarnos con el Juez que es ambos misericordioso y justo.

Esta combinación de misericordia perfecta y justicia perfecta que nos trae probablemente a la mayoría de nosotros a ver en la luz de Cristo que después de la muerte no tenemos la disposición perfecta de amor a Dios sin el efecto cualquiera para el pecado que conviene a aquellos que moran en el cielo. La luz de Cristo nos dice que el purgatorio será el lugar donde "moramos" en muchos casos sino en la mayoría.

Aquellos que han muerto necesitan nuestras oraciones

Es un poco realista de nosotros el hablar de nuestros seres queridos que han muerto aun a la hora de su Misa de funeral como si moraran con Cristo en el cielo - esperamos claramente que ellos moren con El en el cielo pero mi propio sentido común y conocimiento de mis propias faltas, debilidades, y pecados me dice que el purgatorio sea más probable. De hecho el purgatorio, es un lugar de esperanza, por encima de toda la esperanza por lo cual es cierta para alcanzar el cielo en algún momento. La alternativa del infierno es estar sin esperanza.

Si presumimos que nuestros seres queridos que han muerto están de hecho con Cristo en el cielo, esto significa que ellos disfrutan la totalidad de la vida de los benditos que viene de ver permanentemente Cristo de cara a cara. La gente que tiene esta bendita visión de Cristo para toda la eternidad no necesitan nuestras oraciones, claro que no hay nada que les hace falta por la cual nosotros podamos rezar. Presumir que cada persona que muera va directamente al cielo, significa lógicamente el no rezar por nuestros seres queridos que han muerto, sin tener el sacrificio de la Misa que se ofrece por el reposo de sus almas para asistirlos de moverse de la esperanza del purgatorio al cumplimiento de esa esperanza en el cielo.

Las escrituras nos dicen que es bueno y muy sagrado el rezar por los muertos, y por lo tanto algunos de los muertos deben de necesitar nuestras oraciones - ellos necesitan nuestras oraciones precisamente para trasladarse de la esperanza del purgatorio al cielo, el cumplimiento de esa esperanza. El presumir que todos los que mueren van directamente al cielo no es provecho para muchos que murieron y se encuentran en purgatorio y necesitan asistencia de nuestras oraciones.

Tomen la verdad del purgatorio muy seriamente

El Vaticano ha editado un directorio nuevo en la vida y misterio de los Obispos, y contiene una descripción de trabajo lo cual me deja sintiéndome muy humilde y aun culpable en muchos aspectos. Pero una de las directivas de éste documento de los Obispos del Vaticano es que par la Misa de Funeral de un Obispo que ha muerto, a él deben de vestirlo con vestiduras de color morado - el color morado da la importancia en la propia necesidad del Obispo por su arrepentimiento y de su propia necesidad de asistencia de la oración para trasladarse de la esperanza del purgatorio al cumplimiento del cielo.

Que este directorio nuevo específica las vestiduras moradas significa la penitencia y la verdad del purgatorio es muy interesante. Aquellos en purgatorio tiene la esperanza que ciertamente no decepcionara que ellos algún día en la gloria de Cristo resucitado, pero la totalidad de esa gloria que viene de ver a Cristo cara a cara para toda la eternidad "todavía no es para ellos". Ciertamente la purificación del purgatorio viene primero y aquellos que son sometidos a la purificación son profundamente asistidos por nuestras oraciones, nuestros sacrificios y las Misas que ofrecemos.

Así durante al Año de la Eucaristía, Noviembre es ciertamente el mes para tomar seriamente la verdad del purgatorio a fin de no olvidarnos ayudar a aquellos que nos miran todos los días para apoyarlos en su jornada para acelerar la plenitud de la gloria eterna en el cielo.

Paz eterna sea concedida a ellos, oh Señor. Y que la luz perpetua brille sobre ellos. Que reposen en paz. Que sus almas y las almas de los fieles difuntos a través de la misericordia de Dios, descansen en paz. Amen.

Muchas gracias por leer éste artículo, y que Dios los bendiga a todos. Bendito sea Jesucristo!


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