El misterio de Navidad:
La Palabra se hizo carne

		Bajo el Libro del Evangelio + Obispo Robert C Morlino

Queridos amigos,

Y la Palabra se hizo carne y habito entre nosotros y vimos su gloria... la Gracia se hizo presente.

Estas dos proclamaciones de la Navidad, la primera del cuarto evangelio, la segunda del San Pablo, llama la atención de lo que es la base en el misterio maravilloso de Navidad. Nuestro Dios, El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo, de acuerdo a su propio plan eterno, envió al Hijo, la Segunda Persona a una presencia visible y concreta en nuestro mundo de acuerdo a su naturaleza humana.

"Al dar gracias muy sinceras por la venida de Cristo en la historia y al fijar nuestra atención en el futuro con su venida majestuosa final con al fin del tiempo, permitamos que nuestra fe se mezcle con la presencia de Cristo lo cual experimentamos día a día en misterio que llamamos la Iglesia."

El sentido del mundo entero en su totalidad, desde el principio hasta el final, solo lo sabe el Padre, el Hijo y el Espíritu. Que grandioso que el Hijo se hiciera carne, para todo el mundo y fuera una realidad desde el principio hasta el final, y habitara entre nosotros.

El camino, la verdad y la vida

En Cristo tenemos el regalo de Dios mismo que es el camino, la verdad y la vida. En nuestra cultura si alguien habla de una verdad absoluta enseñada por Cristo, el o ella puede ser llamado un arrogante.

Es muy desafortunado que en nuestra época y cultura la gente escoja buscar el mensajero que viene en nombre de Cristo con sospecha y talvez aun en contra en vez de recibirlo con amor del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que es el cuerpo de Cristo. Él es una copia perfecta del Padre, y la palabra final de Verdad.

Experimenten a Cristo en la Iglesia

Aquellos de nosotros en el Cuerpo de Cristo, su continua presencia visible en la tierra, sufrimos del pecado del mundo y se muestra con frecuencia entre nosotros algunas veces en un grado significativo. Y aun el cuerpo visible de Cristo en la tierra, la Iglesia de Cristo, es Su Iglesia, establecida por Él quien es nuestro Dios con el Padre el Hijo y el Espíritu para toda la eternidad. Para amar a Cristo presente en el mundo en nuestro mundo con gratitud por el plan de salvación de la Trinidad es amar a la Iglesia de Cristo y no debe de haber separación entre Cristo y su Iglesia.

Al dar gracias muy sinceras por la venida de Cristo en la historia y al fijar nuestra atención en el futuro con su venida majestuosa final con al fin del tiempo, permitamos que nuestra fe se mezcle con la presencia de Cristo lo cual experimentamos día a día en misterio que llamamos la Iglesia.

Cristo ha nacido, Glorifíquenlo!

Como lo dije en mi tarjeta de Navidad publicada la semana en el Heraldo Católico ustedes van a tener mis oraciones en las Misas del día de Navidad y les pido lo mismo a ustedes. Estamos unidos con nuestra necesidad de la oración porque estamos unidos con la necesidad de Cristo. Cristo ha nacido, Glorifíquenlo!

Muchas gracias por leer este articulo y que Dios los bendiga y Feliz Navidad.