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23 de octubre de 2003

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"Bajo el Libro del Evangelio"

La primera confesión debe de ser antes de la primera Comunión

Ilustración del Libro del Evangelio abierto por encima de la cabeza del Obispo
Bajo el Libro
del Evangelio

+ Obispo Robert
C Morlino

Queridos sacerdotes, diáconos y colaboradores del servicio de Dios:

No fue particulamente mi intención, que empezando mi tarea como su obispo, el decirles lo que hay que hacer. Me gusta ver todo primero, como lo estoy haciendo, y por todo lado veo las cosas maravillosas del Señor a través de nuestra comunidad diocesana. Desde mi llegada una pregunta concreta se me ha presentado ante mí en diferentes ocaciones en forma oral y también escrita y además se me presenta por medio de la oficina diocesana de educación religiosa. Esa pregunta se refiere a lo adecuado de la Primera Comunión, Primera Penitencia o Primera Reconciliación antes de la Primera Comunión.

En los años 70 se permitía durante un período de experimentación donde la primera reconciliación se podía posponer un tiempo después de la primera comunión - pensando quiza de que los de segundo grado eran muy jóvenes para tener un sentido apropiado de pecado para la celebración del sacramento. De hecho, el período experimental tuvo su fin, y la Iglesia declaró que la primera confesión debe de ser antes de la primera comunión. El problema más difícil en la vida, me parece, es la comunicación, y al final de este tiempo experimental fracasó por múltiples razones siendo comunicadas efectivamente. Y por lo tanto, dentro de Estados Unidos, la pregunta acerca de ésta materia de primera penitencia antes o despues la primera comunion aún existe.

Es cierto que para niños normales de segundo grado que aspiran a recibir su primera comunión, no hay una necesidad moral que reciban el sacramento de penitencia. Niños normales de segundo grado no están concientes de los pecados graves por lo cual la conciencia pone la obligación de recibir el sacramento de penitencia como una necesidad moral. La ausencia de ésta necesidad moral para el niño normal de segundo grado de recibir el sacramento de penitencia no tiene el efecto de cancelar una práctica muy antigua de la iglesia de que la primera penitencia sea antes que la primera comunión, porque la necesidad moral no es la única clase de necesidad.

La primera confesión debe de ser antes de la primera comunión a causa de la necesidad catequista si se le puede llamar así. Al recibir la sagrada comunión, Cristo que es gracia, aparece bajo la forma de pan y vino y el que lo recibe llega a ser uno con El. Es posible recibir al que es gracia solo si conocemos nuestra necesidad de El, solo si conocemos nuestra necesidad por la gracia. Nuestra necesidad por la gracia es real y urgente solo por el pecado. La Gracia es el regalo de Dios gratis de salvación del pecado. Cuando alguién piensa en la gracia alguién piensa del pecado lo cual crea en nosotros una necesidad urgente por la gracia. Para simplificarlo un poco, sin pecado no hay gracia. Este es uno de los elementos más básicos en el entendimiento de nuestra fe, y todo debe de ser hecho para que éste elemento se enseñe y entienda claramente. El recibir la Santa Comunión como en la Primera Eucaristía es una experiencia de gracia que es por supuesto sacramental, y envuelve a toda la persona. La gracia se necesita por razón del pecado, y la Iglesia tiene otro sacramento para envolver a toda la persona a como él o ella busca como lidiar con el pecado, lo reconoce, y busca perdón. El sacramento de penitencia recibido antes y en preparación de la primera comunión nos enseña claramente que cuando nos acercamos al trono de la gracia por necesidad es porque hemos pecado. El tratar de explicarle ésto a los de segundo grado puede ser muy difícil pero si una persona joven se acerca a un sacerdote en el sacramento de penitencia para admitir que él o ella ha pecado y para confesar sus pecados veniales, la realidad del pecado nos afecta personalmente a través de una experiencia sacramental de una forma que de no podría ser de otra manera, para que la experiencia sacramental de gracia in la Sagrada Comunión pueda ocurrir de una manera apropiada. Con sus practicas antiguas la Iglesia ve una necesidad catequista y recomienda fuertemente de que el sacramento de la Penitencia ocurra antes de la primera comunión.

Segundo, ha sido parte de la experiencia de la Iglesia y mi propia experiencia en otras diócesis, que aquellos que no reciben la primera penitencia antes de la primera comunión por lo general caen a través de las grietas en relación al sacramento de la penitencia y no puden recibirlo en acuerdo con cualquier molde de la formación religiosa. Lo que sucede por supuesto entonces es que la pregunta del sacramento de penitencia con frecuencia va a salir a la luz por primera vez durante la adolescencia cuando puede ser una necesidad moral que reciba ese sacramento por sentido del pecado grave. En ese caso el adolescente que lucha con tantos sentimientos de autoridad y culpabilidad se prepara para acercarse a un sacerdote por el sacramento de penitencia, parcialmente con temor y temor a la autoridad que acompañan al adolescente. Asi el adolescente rechaza el sacramento de penitencia con la idea de que él o ella necesitan confesar sus pecados directamente a Dios y que no tiene ninguna necesidad de un sacerdote. Es curioso que mientras la gente contemplan esa idea que no tienen necesidad de un sacerdote (que es la Iglesia) para el perdón de los pecados, ellos no avanzan consistentemente y dicen que no necesitan la Iglesia ni el sacerdote para la Sagrada Comunión tampoco. Ellos simplemente se podrían sentarse en sus cuartos y por medio de una clase de viaje sagrado por medio de su mente podrían recibir la comunión. Pero eso ciertamente no sería el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Por lo tanto la introducción de una persona joven, digamos un niño de segundo grado, al sacramento de penitencia cuando precisamente no hay conciencia de pecado grave, y cuando el sacerdote simpletemente pueda ser amable, sonriente, talvés en la ocación de la primera penitencia le dé un regalo de una estampa religiosa o medalla o imagen al niño de segundo grado - la persona joven puede ser invitada al sacramento en una forma placentera y que induce al joven a continuar recibiendo éste sacramento con regularidad, para que forme un buen hábito de recibir el sacramento de penitencia antes de que necesidadad moral requiera una conciencia de pecado grave. De este modo podría decir que la primera penitencia antes de la primera comunión también es una necesidad pastoral.

Y por último, como lo indiqué, el período de experimentación con referencia a éste artículo particular fue definitivamente llamado a un final, aunque la comunicación en éste asunto resultó ser menos que efectivo. (CF Canon 914 y No 1457, Catecismo de la Iglesia Católica).

Y sin tratar de atribuir ninguna intención indigna a nadie y con la disciplina y enseñanza de la Iglesia en este asunto bien claras, yo debo requerir que en la Diócesis de Madison la primera penitencia preceda la primera comunión. Si fuera alguna situación no común por lo que pueda que un padre pueda tener dudas de si mandar a su hija (o) a la primera penitencia en segundo grado, siempre sería buena idea acercarse al sacerdote para discutir ese punto. Pero las circumstancias por las cuales permitan posponer deberían de ser poco comunes, por ejemplo si un niño es discapacitado mental y no tiene el entendimiento mínimo necesario para recibir el sacramento. En este caso, por supuesto, cualquier gesto razonable debería de hacerse para incluir al niño con el resto del grupo de cualquier forma.

Y por lo tanto, queridos colaborados del servicio de Dios, les encargo la doctrina y la disciplina de la iglesia en este punto en particular confiado en su disposicion para avanzar en lo se necesita hacer para seguir la dirección correcta. La verdad del pecado nunca debería de causar a nadie una culpabilidad patológica porque la verdad del pecado es siempre abrumado con la verdad de la gracia, gracia que saca su significado, poder y belleza de la victoria de Cristo, una victoria lo cual es una victoria precisametne sobre el pecado. El pecado no tiene por que ser olvidado a causa de esta victoria para que el sacramento de penitencia se descuide. El pecado no se olvida, es real, pero siempre es conquistado por la gracia en el corazón abirto de Cristo - es esa verdad completa por la que estamos llamados a creer en nuestros corazones, y esa verdad es incorporada sacramentalmente en la práctica de la primera confesión antes de la primera comunión.

Muchas gracias por su atención a éste asunto y por lo que son en el servicio de Cristo y por todo lo que usteden hacen. Continuemos fielmente trabajando juntos en el nombre del Señor llamando a todos a la visión que nunca nos desfrauda. Bendito sea Jesucristo!

Sinceramente en Cristo,

Obispo Roberto C Morlino
Obispo de Madison


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